Denunciamos el desmonte institucional y la masacre laboral que pretende consumarse bajo el yugo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo ...
Denunciamos el desmonte institucional y la masacre laboral que pretende consumarse bajo el yugo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
Desde SINTRAGROSAVIA expresamos nuestra profunda preocupación y rechazo frente a la decisión de cerrar la sede de AGROSAVIA en Florencia, Caquetá, única presencia institucional de la Corporación en toda la región amazónica de Colombia. Esta determinación representa un nuevo golpe al ya debilitado sistema de investigación agropecuaria pública y una señal de alarma sobre el camino que se está tomando en materia de política agraria y presencia estatal en los territorios.
Este cierre no solo implica la pérdida de una oficina, sino la retirada del Estado en una región clave, altamente vulnerable y con enormes desafíos sociales, económicos y ambientales. Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guainía y Vaupés quedarán sin una base técnica institucional que ha sido fundamental para promover el desarrollo rural sostenible, la soberanía alimentaria y la protección ambiental.
Un error que no puede repetirse: el antecedente de Macagual
Esta no es la primera vez que la región sufre las consecuencias de una política desarticulada y desconectada del territorio. El cierre del Centro de Investigación Macagual, años atrás, significó una grave pérdida de capacidades científicas y técnicas para el departamento del Caquetá. Las consecuencias de esa decisión aún se sienten en el rezago productivo, la falta de alternativas sostenibles y la creciente presión sobre los ecosistemas amazónicos.
El desmonte de AGROSAVIA en la región profundiza el abandono institucional y condena al atraso a una de las zonas más importantes en términos agropecuarios, ecológicos y sociales del país.
¿Qué implica cerrar AGROSAVIA en la Amazonía?
Cerrar la sede de Florencia significa dejar sin presencia institucional a toda la Amazonia colombiana: Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guainía y Vaupés. Es condenar al abandono a miles de productores rurales, comunidades indígenas y campesinas que han contado con el acompañamiento técnico y científico de AGROSAVIA durante años.
Esta decisión implica el desmonte de procesos de investigación que promueven una agricultura y una ganadería sostenible para proteger las áreas de bosque y piedemonte amazónico en contextos de alta fragilidad ecológica, así como la pérdida de capacidades territoriales para enfrentar la deforestación, el cambio climático y la pobreza rural.
El debilitamiento de las políticas de desarrollo rural integral y de los compromisos del Estado con los acuerdos de paz y la renuncia a impulsar alternativas productivas frente a economías ilegales o extractivistas, sumado a esto la exclusión del territorio para la planificación nacional agropecuaria y ambiental es otro desacierto que condena al atraso debido a que no hay desarrollo rural sin presencia institucional. No hay transición ecológica sin ciencia ni tecnología. No hay paz total sin justicia territorial.
Una decisión sin sustento técnico ni legitimidad, que profundiza el abandono institucional amenaza los derechos laborales y compromete el desarrollo sostenible de una región estratégica para el país.
La forma en que se ha adoptado esta medida resulta igualmente preocupante. No existe hasta ahora justificación técnica, estudio de impacto o espacio de diálogo previo con los actores territoriales. Se trata de una decisión centralizada, sin considerar las realidades del territorio ni el valor estratégico no solo de la sede de Florencia, sino también de otras oficinas regionales que hoy están en inminente riesgo de ser cerradas, como las sedes de Popayán, Cúcuta y Yopal. El cierre de estas oficinas constituiría un desacierto de enormes proporciones, al debilitar aún más la presencia estatal en zonas donde AGROSAVIA ha sido un actor clave para el desarrollo agropecuario, la innovación y la articulación con las comunidades rurales.
La Dirección de Innovación del Ministerio de Agricultura, bajo la orientación del señor Santos Beltrán, ha obligado a que se den estos procesos con una preocupante falta de sensibilidad territorial, desconociendo el papel fundamental que cumple AGROSAVIA en regiones apartadas y de difícil acceso.
Advertimos sobre una masacre laboral en curso
Esta medida forma parte de un proceso más amplio de recorte presupuestal que amenaza con desatar una masacre laboral en la Corporación. Cientos de trabajadoras y trabajadores hoy enfrentan un panorama de incertidumbre, mientras se desmontan procesos que han contribuido al bienestar de las comunidades rurales y al desarrollo científico del país.
Rechazamos categóricamente esta política de desfinanciación, que pone en riesgo tanto la estabilidad laboral como la misión pública de AGROSAVIA.
Exigimos al Gobierno Nacional y al Ministerio de Agricultura:
1. Garantías para una presencia institucional permanente, operativa y con recursos suficientes en la región amazónica.
2. El respeto y la protección de los derechos laborales de las y los trabajadores de AGROSAVIA.
3. La apertura de un espacio de diálogo nacional y territorial sobre el papel estratégico de AGROSAVIA en el desarrollo agropecuario y ambiental de Colombia.
El futuro de la Amazonia no puede definirse bajo lógicas presupuestales de corto plazo. El país necesita más ciencia, más institucionalidad y más compromiso con los territorios. Retirar a AGROSAVIA es desmantelar una parte esencial del Estado en zonas donde más se necesita su presencia.
AGROSAVIA no se cierra. Su papel en la Amazonia es irremplazable. La defendemos con argumentos, con compromiso y con responsabilidad.
¡NO AL CIERRE DE AGROSAVIA EN LA AMAZONIA COLOMBIANA ¡
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